LEER
9 Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino según su propósito y por su gracia, la cual nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús, el cual destruyó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio.
REFLEXIÓN
Jesús dio su vida para revelar los propósitos de Dios para nosotros. Él pagó el precio; nosotros obtuvimos la mayor recompensa. Nada de lo que hagamos o digamos puede hacernos más o menos merecedores de la salvación. A través de Cristo, la gracia es dada por igual a todos, cubriendo una multitud de pecados. El amor infalible y sacrificial de Dios es tan completo que va más allá de lo que podemos entender. Es profundo y específico, claramente revelado en la vida perfecta de Cristo y su resurrección, que destruyó la muerte.
ORACIÓN
Gracias, Dios, por tu hijo. Mientras camino en la luz de tu salvación, me uno a tus propósitos y a tu gracia. Que mis palabras y acciones estén llenas de vida como evidencia de tu obra en mí. Señor, permite que mi vida cambie el corazón del mundo para ti. Dame sabiduría para tomar decisiones de acuerdo con tu carácter, especialmente cuando mi corazón me lleve en la dirección opuesta. Amén.