Día 15 – 2 Corintios 9:6-8

LEER

6 Recuerden esto: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. 7 Cada uno dé según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunden en ustedes todas las cosas, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abunden para toda buena obra. 

REFLEXIÓN

Adoramos al dador de todo buen regalo. No nos debe sorprender que él nos llame a dar también. Dar comienza en el corazón. Sin la postura correcta del corazón, incluso el regalo más valioso puede ser inútil ante Dios. No te enfoques en lo que puedes obtener al dar. En cambio, da lo que hayas decidido dar con alegría; disfruta del privilegio de bendecir a alguien más. Sé generoso con tus recursos, tiempo, talentos y atención. Confía en que, al dar, Dios te concederá bendiciones. 

ORACIÓN

Tú eres el dador de todo lo que poseo, Dios. Soy un administrador. Guíame en la generosidad, mientras me dispongo a sembrar buenas semillas con mi dinero, tiempo y habilidades. Mientras ayudo a satisfacer las necesidades de quienes me rodean, creo que tú proveerás todo lo mío. Mientras yo doy de lo poco que tengo, tú das las riquezas de tu amor. Gracias por tu buen y generoso ejemplo, Dios. Amén. 

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