Día 20 – 1 Reyes 19:11-13

LEER

11 El Señor le dijo: «Sal y ponte en el monte delante del Señor, porque el Señor va a pasar».

Entonces un fuerte y poderoso viento desgarró los montes y quebró las rocas delante del Señor, pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, un terremoto, pero el Señor no estaba en el terremoto. 12 Después del terremoto, un fuego, pero el Señor no estaba en el fuego. Y después del fuego, un suave susurro.13 Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto, salió y se puso a la entrada de la cueva.

Entonces una voz le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?»

REFLEXIÓN

Elías, agobiado y deprimido, no se encontró con Dios en el viento, el terremoto o el fuego. Después de las tormentas, Elías escuchó al Señor en un susurro suave y apacible. Si bien nuestro instinto puede ser buscar a Dios en milagros poderosos o momentos de euforia emocional, Dios también habla en voz baja. En medio del caos y del desierto aparentemente interminable, debemos subir el volumen de la Palabra de Dios. En la tormenta, debemos inclinar nuestros oídos a su voz, porque es allí donde el enemigo le encanta gritar.

ORACIÓN

Dios, tú me has ayudado en medio de los incendios, los terremotos y los vientos. He sentido tu cuidado en el desierto, porque te preocupas por el bienestar de cada alma perdida. Ya sea que esté entrando o saliendo de una tormenta, o atrapado en su tormento ahora, inclino mi oído hacia ti, Señor. Me acerco más, sabiendo que estás cerca. Amén.

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