Día 1 – Salmos 40:1-17

LEER

Esperé pacientemente al Señor;
Se volvió hacia mí y escuchó mi grito.
2 Me sacó del pozo del lodo,
del lodo y del fango;
Puso mis pies sobre una roca
y me dio un lugar firme donde pararme.
3 Puso en mi boca un cántico nuevo,
un himno de alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán y temerán al Señor
y pusieron su confianza en él.

REFLEXIÓN

Piensa en una ocasión, en la cual clamaste a Dios cuando las cosas parecían tan terribles que aparentemente no había salida. Hoy podría ser ese momento. En este Salmo, Dios se vuelve hacia David, escucha su clamor y llena sus pulmones de alabanza y su corazón de fe audaz. Él puede hacer (y ciertamente ha hecho) lo mismo por ti. ¡Cuán bendecidos somos de servir a un Dios que está cerca y escucha!

ORACIÓN

Señor, me arrepiento de las veces que he dado por desapercibido tu presencia y tu provisión. Gracias por todas las veces que te has presentado en mi vida. Con valentía y humildad, te pido que lo vuelvas a hacer. Que tu fidelidad hacia mí en tiempos difíciles sea un testimonio de tu amor para que todos lo vean. Amén.

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